martes, 25 de febrero de 2014

26.2


Incógnita casi despejada.


Recuerdo una niña pequeña con bombín de mimbre, pelo rizo oscuro, riéndose mucho y durmiéndose en casi todas partes.
Muchas veces me preguntaba cómo sería llegar a ese día mágico. 
"Cuando cumpla 26 el 26...". 
Me lo imaginaba curioso, casi utópico y, sobre todo, muy lejano. Supongo que pensaba que mi vida sería de otra forma o, quizá, solo me sonreía viéndome dentro de mucho tiempo haciendo quien sabe qué cosas.
Siempre se me venía a la mente un sendero con árboles a los lados, sin fin; a la izquierda árboles de primavera y al otro lado árboles de invierno. Pero con sol, a pesar de pertenecer a un viernes gris y lluvioso.


Poco y mucho ha cambiado desde entonces. Y aunque creía que tendría la vida resuelta porque, claro, iba a ser muy mayor, me alegro de que no sea así. Nunca fue mi estilo y en el fondo siempre lo supe. Una loca divertida, alegre (y cascarrabias). Eso sí.

Para aquellos que dicen que desde aquí se pueden sentir los 30, les digo que mienten. Desde aquí yo no avisto nada, sigo siendo igual de pequeña.




Y, de repente, ese día es mañana.