lunes, 17 de marzo de 2014
Noción
Nunca se me han dado bien las primaveras. Ni los veranos.
Quizá ninguna estación.
Puede que las estaciones no se asocien a árboles sin hojas o a las flores del almendro. Solamente a lo que uno quiera. O a lo que su mente le permita.
Qué difícil es explicar la necesidad de no escuchar música por formar parte de la banda sonora de mis pesadillas. O la dificultad de entender algo que no me deja respirar.
Quiero que se vaya el invierno. Y mi otoño junto a él.
Olvidarme del tiempo y el espacio para vivir sin calendario. Sin el de ayer.
Tengo una ristra de luces verdes en mi ventana.
¿Necesito algo más? Improvisar.
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