sábado, 30 de agosto de 2014

No existen los malos días



Existen los abrazos a distancia y los trenes de cercanías.
Los recitales de poesía a la luz de incienso de colores.
Las conversaciones por la orilla de la playa de San Juan sobre un futuro que ya fue actualidad y un presente que lo superó con creces.

También existe un mes de agosto que no termina el treinta y uno sino el treinta. 
Y ese día entremedias se convierte en el único en que nos podemos permitir estar tristes.
Pero ni uno más.

Por eso hay que pintarse los labios de rojo todos los días del año.
Y seguir los consejos de las buenas amigas.