Se pinta las uñas con una destreza asombrosa, casi tanto como sus labios frambuesa.
Esos labios que sentencian, que encuentran las palabras que no se lleva el viento y aquellas que nunca querrías oír.
Cuando calla habla con gestos. O con silencios. Clava ese azul en ti de la forma que más convenga al momento, ya sea produciéndote escarcha o derritiendo la que antes te cubría.
Conoce mejor tus gustos que los suyos y de un roto te cose mil prendas.
En su mundo de colores no existían los grises, y solamente deben existir para que los luzca, como ella sabe hacerlo, en cualquier instante disfrutando de la vida.
Mientras el vinilo da vueltas...