jueves, 10 de marzo de 2011

Genova

Hace un año, a estas mismas horas, mi amigo Pablo y yo estábamos en la línea 8 de Metro de Madrid.
Paradójicamente, dormiríamos en el aeropuerto de Barajas a pesar de que vivimos en la ciudad ya que nuestro vuelo destino Milán salía muy temprano.


Sin dormir prácticamente nada, nos presentamos allí; al pasar una gran nube blanca aparecimos casi tocando tierra, y nevaba, nevaba muchísimo. Fue precioso ver así esta gran ciudad aunque nada bueno para mis músculos. Una vueltecita por el centro y pusimos rumbo a Genova.


Después llegó Savonarola, el Milk, Moretti, las pizzas de Piedigrotta, la gente, Zeltia, trenes centenarios, Nervi, Portofino, Mónaco, Ventimiglia... Es irresumible. Fue una de las mejores semanas en mucho tiempo.
A la gente le parece exagerado cuando hablamos de ello, pero hay veces que pasarlo bien no significa sólo eso. 
Hay veces que la vida sufre transiciones y, para mí, una de esas veces fue esta. No sólo volví de aquel viaje pensando que me lo había pasado genial sino pensando también en lo que había recuperado.


Por eso Genova nos hizo falta. 


Pablo y yo con la ciudad a nuestros pies, foto tomada por Zeltia V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario